lunes, 9 de enero de 2012

Filosofía de una mente ebria

Ocurrió un día entre mis muy famosas y recordadas "tardes fisheras" -Mister Fish, para quienes no captan/desconocen/repudian ese centro de perdición-. Después de varias chelas encima, con la música bien alta y el lugar lleno, me puse a bailar/agarrar con un sujeto, espero simpático, de nombre desconocido hasta la fecha. Mientras la cosa se ponía más densa (calentona) algo se activó en mi pequeño cerebro: "¡Pero yo quiero hacerlo con un chico que yo quiera!".

Se pudrió todo (al menos para el susodicho).

Con 19 años encima y aún una virginal maiko (véase Memorias de una Geisha), mi mente me mandaba señales de "STOP" a cada momento cercano de sexo que tenía.

Sexo y Amor. Eso era todo lo que pedía, pero sabía que solo debía conformarme con el primero ya que estaba segurísima -al menos en ese momento- que lo segundo jamás me ocurría; pero no podía -ni quería- conformarme con tener la mitad del binomio, yo quería los dos. Y con eso se me venía la pregunta del millón de soles: ¿En dónde rayos encuentro eso? ¿De dónde michi saca una a su galanaso de novela? Mejor dicho, ¿Existe MI galanaso de novela? Cómo hubiese querido que alguien me aconsejara en esos tiempos.

¿Amigo con derechos? Gracias, yo no.

Harta hasta el cansancio de besar sapos, se me vino en la noche de ese mismo día una idea: "¿Y si me consigo un amigo con derechos?".

Existen en esta tierra mujeres, y mis respetos para ellas, que no sé cómo rayos se involucran en este tipo de situaciones. Quisiera hacerme la realizada y decir que por supuesto yo tuve, tengo o tendría uno sin problemas, pero lamentablemente (o afortunadamente) para mí, un amigo con beneficios sería una misión más que imposible. Es que realmente ¿Cómo mierda funciona esa huevada? ¿Me visto linda para el sujeto? ¿Me pongo mi mejor tanga? ¿Lo hacemos y después me quito de su casa como si nada? Mínimo, o al menos eso creo, me dará plata para mi pasaje de regreso. Claro, si supuestamente es más sencillo de lo que parece, a mí se me haría una mazamorra en el cerebro -o quizás en el corazón (¿?)-. Pero hablo en serio cuando digo que o bien yo me enamoraría de cualquier pedazo de mierda o simplemente estaría engañándome a mí misma -y probablemente, él también-.

Una vez leí algo que iba más o menos así:
"El sexo es más que un acto carnal, es un intercambio de energías e información. Cuida muy bien a quién le otorgas tanto".

O sea, si tiro con un huevonaso que conocí en la discoteca le estoy dando información -y de hecho sí, vería mis 100 kilos de lonja y mi celulitis-, y energía -Está comprobado que el sexo quema 300 calorías aproximadamente-. Pero interpretándolo de una manera más "feeling", digamos que estoy dándole al sujeto mucho de mí - O sea, todo-, y él me está dando mucho de él.

Apartándonos de lo hasta el culo que sonó lo anterior, pongámonos a pensar un poquito: Si bien puede que sea algo extrictamente femenino eso de confundir sexo con amor -o algo extrictamente de esta monga-, me parece un poco triste eso de andar haciéndolo con cualquier espécimen. Sé que para los hombres es algo que resulta sumamente sencillo y práctico, y a veces los envidio (detesto) por eso.

¡Qué fácil sería! Puro sexo, cero complicaciones y sigamos con nuestras vidas. 

Quizás, y con esto termino, estoy poniendo el pene en un pedestal (véase Virgen a los 40). Y sí, creo que soy una fresa romántica después de todo, pero sin huevadas ¿Quién no quisiera hacerlo solo con quien ama?

Me avisan.

7 comentarios:

  1. Jajajaja! Pues yo tampoco -al menos no por ahora =) -

    ResponderEliminar
  2. Me pareció curioso eso de "Intercambio de energías e información" (Normalmente le llaman "intercambio de fluidos", jaa).

    Yo le agregaría que además de lo mencionado, se hace un intercambio de expectativas:
    -Uno puede buscar "sólo sexo"; pero la contraparte, el inicio de una relación de pareja.
    -O es “choque y fuga”, o es repetir los encuentros hasta que se aburran (o alguno ya no quiera).
    - Los motivos de querer ser “Amigos con derechos”: Porque es la única forma de tener sexo, para experimentar, porque se gustan y no quieren complicarse siendo pareja, etc.
    Como ves, hay varios puntos “a negociar”. Y allí radica el problema: No siempre ambos obtienen lo que quieren.

    Por último, así como algunas mujeres tienen esa confusión entre sexo y amor, en el lado masculino se presenta lo de la amistad y el amor (o atracción), quizás tema para un próximo post.

    Saludos.

    W.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. @Weber001: Me parece interesante eso de que para los hombres también existe una confusión -pensé que ellos no se hacían paltas-. El problema se orgina cuando, a pesar de haber un acuerdo entre ambos, una de las partes no quiere lo mismo que el otro.

      Eliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...