miércoles, 11 de julio de 2012

Strangers in the night

Era de noche y llovía mucho
-¡Hola!
Caminaron por Loma del Pilar como lo hacían siempre que querían ir al telo de la esquina. No había plata, pero sí ganas. Siempre habían ganas.
-Me estoy mojando
La miró sonrojado y arrecho. "La hice", pensó por unos minutos. Después su cerebro se percató de la lluvia torrencial que empezaba a enlodarle las zapatillas nuevas. No era su día.

Pasaron tres largos minutos de silencio. Ninguno pronunciaba palabras en alto, pero sí en sus cabezas. Ambos formaban diálogos estúpidos y sentimentales.
-Lo amo
-La odio

Qué decirse.

Un hijo muerto, un intento de suicidio. Ya se había roto el espejo; ya no había como repararlo. Cuando esas cosas pasan lo mejor es tirar todo a la basura y que no quede rastro de previa existencia. Es mejor aspirar las mini partículas también.

Casi media noche.

-¿Qué quieres?
-Besarte
-Ya fue. ¿No te das cuenta?

Pero para él "no fue". Todo seguía igual. El sentimiento de rabia mezclado con ternura. Las ganas de abrazarla y decirle que todo estaría bien... Mentirle.

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